domingo, 12 de octubre de 2014

Sociedades apropiadoras Modo de la vida de los cazadores – pescadores – recolectores

Durante los milenios finales del Pleistoceno, hacia los 10.000 años antes de nuestra era, las condiciones climáticas que imperaban en el planeta influyeron grandemente en la vida y las culturas de las antiguas poblaciones. Estos cambios produjeron la desaparición de los grandes mamíferos, como mastodontes y megaterios, cuya caza había servido de sustento a estos pueblos. El modo de vida cazador, pescador, recolector se caracterizó por una organización social basada en relaciones de producción comunitarias, recíprocas, cooperativas y solidarias.

Sociedades productoras Los orígenes del cultivo en el estado Lara

Hacia los 200 ac, ya existían en Lara aldeas de agricultores, período que se conoce arqueológicamente como la fase Tocuyano, cuyas poblaciones practicaron la alfarería y confeccionaron artefactos de piedra para las faenas agrícolas, tales como: azadas de piedra pulida, hachas, metates y manos, útiles para la molienda e granos. La agricultura requirió de un cuidadoso manejo y aprovechamiento de las aguas y corrientes naturales. A tal efecto, se construyeron terrazas en laderas, camellones, montículos y muros de drenaje. La complejizaciòn del trabajo agrícola dio lugar a grandes transformaciones sociales, tanto en el uso y tenencia de la tierra originando un proceso de acumulación de riqueza, así como la aparición de jerarquías y linajes

Desarticulación De la estructura social originaria

La nación caquetìa, anterior a la invasión europea, se encontraba en pleno proceso de expansión y consolidación territorial, a fin de conformar alianzas políticas y económicas entre distintos pueblos que ocupaban la región de Coro y los llanos. La conquista y colonización significó un proceso de exterminio para la población indígena que opuso resistencia, la cual fue diezmada en los primeros años del siglo XVI a causa de enfermedades contagiosas, a la sobre explotación de mano de obra, y al comercio de esclavos, capturados y movilizados fuera de sus territorios. En la segunda mitad del siglo XVI, la acción del conquistador introduce el modo de producción capitalista, lo que significó la destrucción del sistema de trabajo comunal originario, la desaparición de la estructura familiar sobre la que se asentó la organización social, la implantación de una nueva forma de parentesco bilateral y monogàmico y la adhesión forzada a la religión católica.        

La Concha Y sus usos

Los antiguos habitantes de Lara desarrollaron una importante industria utilizando como materia prima las conchas de moluscos marinos y terrestres, con las que fabricaron infinidad de adornos corporales tales como collares, zarcillos, brazaletes, pectorales, cubre-sexos y orejeras, usados como parte del atuendo ceremonial. Muchos de los cuales se encontraron en los contexto funerarios de la fase Boulevard de Quibor, fabricados entre el siglo II y el siglo VII dC, y en cementerios como Camay y Sicarigua. Los antiguos habitantes utilizaron variedades de conchas provenientes de la costa, de la región insular venezolana, de los llanos y ríos como el Orinoco y otros de la región amazónica, lo cual sugiere un importante sistema de intercambio y comercio entre estas regiones.

Sociedades Jerarquías cacicales

Los cacicazgos constituyeron un modo de vida que se caracterizo por la integración sociopolítica de diversas comunidades aldeanas, las cuales se subordinaron a un señor principal o cacique, cuyas relaciones podían incluir el pago de tributos y en consecuencia, diferencias sociales o de rango. Tal es el caso de la sociedad caquetìa, cuya estructura de clase permitió a una elite descendiente del linaje de la familia Manaure, heredar un estado, estableciendo alianzas políticas a través de matrimonios entre hijos de caciques y principales. De acuerdo con la jerarquía social de los caquetios el individuo que tenía la mayor autoridad territorial era el Diao, tal fue el caso de Manaure, cacique de caciques. A este le seguían los Boratios, Mohanes, o Piaches, quienes constituyeron la clase sacerdotal, cuya participación en rituales mortuorios, religiosos, ritos agrarios, medicinales, asesoría y en la toma de decisiones políticas los ligaba directamente al centro de poder. En la escala más baja se encontraban los Naborías o trabajadores del común. 

La alfarería de Tocuyano

La alfarería constituyó una de las actividades más importantes desarrolladas por los pueblos originarios de la región larense, la cual parece haberse iniciado alrededor de siglo IV antes de Cristo hasta el siglo XVI. Esta se usó tanto para la vida cotidiana, en las faenas domesticas y en la preparación de alimentos, como en el ceremonial y particularmente formado parte del ajuar funerario. Dentro de la tradición cerámica Tocuyano, la más antigua que se conoce, se desarrollaron estilos alfareros Sarare y Camay.

Sociedades productoras Los orígenes del cultivo en el estado Lara



Hacia los 200 ac, ya existían en Lara aldeas de agricultores, período que se conoce arqueológicamente como la fase Tocuyano, cuyas poblaciones practicaron la alfarería y confeccionaron artefactos de piedra para las faenas agrícolas, tales como: azadas de piedra pulida, hachas, metates y manos, útiles para la molienda e granos. La agricultura requirió de un cuidadoso manejo y aprovechamiento de las aguas y corrientes naturales. A tal efecto, se construyeron terrazas en laderas, camellones, montículos y muros de drenaje. La complejizaciòn del trabajo agrícola dio lugar a grandes transformaciones sociales, tanto en el uso y tenencia de la tierra originando un proceso de acumulación de riqueza, así como la aparición de jerarquías y linajes.

Alfarería Criolla Legado y tradición de las manos larenses

La relación del ser humano con su entorno y con todos los recursos naturales que se encuentran en el planeta, ha sido de vital importancia para el desarrollo de poblados y comunidades, así como para los oficios que allí se generan. Desde el momento en que se iniciaron las civilizaciones sedentarias, muchas fueron las necesidades que surgieron a partir de este cambio, especialmente en lo relativo a los objetos utilitarios con fines de almacenamiento y procesamiento de alimentos, así como también algunas vasijas relacionadas a la cosmogonía y rituales relativos a sus creencias.

Estas sociedades primigenias, son el punto de partida de una labor que ha permanecido en tierras Venezolanas hasta la actualidad, siendo el estado Lara uno de los más representativos en la tradición del uso del barro o arcilla, una relación telúrica estrecha, asociada en sus comienzos a las manos femeninas de estas tierras cálidas. Mujeres que se dedicaban a la recolección de la materia prima y a su transformación en objetos útiles para la vida en el hogar y para las labores comunitarias, conjugando de esta manera, los cinco elementos: tierra, agua, aire y fuego; aunado al matrimonio eterno entre el hombre y su cosmo, en el que en fase lunar menguante, se realiza la quema primitiva de las piezas que engalanan muchos hogares venezolanos y perduran hasta la actualidad, como testimonio de nuestro pasado remoto y reciente, que no muere y por el contrario, se actualiza permanentemente en las manos de quienes perpetúan tan noble oficio.